El ejercicio mejora la capacidad ventilatoria pero si es muy intenso puede provocar ataques
El ejercicio supervisado puede mejorar la capacidad ventilatoria, aun en asmáticos. Sin embargo, en algunos el ejercicio inadecuado o demasiado intenso puede provocar un ataque. El síntoma más notorio del asma es la sibilancia (pito, silbido), producida por el paso del aire a través de las vías respiratorias contraídas a nivel bronquial. Se acompaña de tos, sensación de opresión precordial (el medio del pecho) y disnea (dificultad para respirar); pero la tos puede ser síntoma único.
¿Qué desencadena el asma durante el ejercicio? Aparentemente se atribuye a respirar por la boca fuertemente por largos períodos; o al aire frío y seco; o respirar alérgenos (sustancias que activan el sistema inmunológico y estimulan respuestas alérgicas) como polvo, algunos pólenes o polución.
-¿Cómo evitar la aparición de los desagradables síntomas?
-Manténgase en buena forma. El acondicionamiento físico es menos agobiante en deportistas entrenados o, al menos, no sedentarios.
-Realizar suficientes ejercicios de calentamiento antes de empezar con un deporte fuerte.
-Usar habitualmente mascarilla cuando se ejercite en climas fríos para dar tiempo a calentar el aire que es inspirado.
-Respirar por la nariz el mayor tiempo posible durante el ejercicio; dentro de las funciones de este órgano están calentar el aire y retirar impurezas del mismo.
-Consultar al médico internista o pediatra, según el caso, ante cualquier anormalidad.
Retorno
Las varices son dilataciones o ensanchamientos de las venas, generalmente vistas en piernas y pantorrillas.
Son ocasionadas por un sinfín de condiciones entre las que destacan herencia, embarazo, estar mucho tiempo de pie todos los días y obesidad, entre otras.
Ocurren, pues la sangre debe retornar al corazón contra gravedad y unas pequeñas válvulas dentro de las venas comienzan a fallar, llevando a la aparición de las varices.
La prevención de estas situaciones depende de la causa, fortalecer la musculatura de las piernas beneficia el retorno de la sangre por compresión de los músculos sobre las venas y hay menor chance de que se dilaten.
Cuando se ejercitan las piernas de cualquier manera, caminando o trotando, rodar en bicicleta o trabajar con pesas, se evita el enlentecimiento del flujo de retorno.
Aquellos, o aquellas, que deben estar mucho tiempo de pie, están en la necesidad de doblar la pierna sobre el muslo en varias oportunidades durante el día, y además utilizar medias de presión variable que facilitan el retorno venoso y disminuyen la presión en las piernas.
Caminatas regulares favorecen la circulación general y por lo tanto se contribuye a disminuir la aparición de las no deseadas varices.
Una vez establecidas será el tratamiento con el especialista el que ayudará a resolverlas definitivamente, pero la actividad física es fundamental.
Julio Acosta Urbaneja / Lízmer Díaz Trujillo
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